lunes, 7 de enero de 2013

"Dejalo que llore, ignora al niño"...FALSO....

Usar ‘fórmulas’ para alimentarlos, ignorarlos para que dejen de llorar, no cargarlos o dejar de amamantarlos rápido perjudican a los pequeños

Las prácticas sociales y las creencias culturales modernas impiden el desarrollo mental y emocional sano de los niños, según un conjunto de investigaciones interdisciplinarias divulgado hoy por la Universidad Notre Dame (Indiana, EE.UU.).

“El estilo de vida de los jóvenes en Estados Unidos sigue empeorando, en especial comparado con el de hace cincuenta años”, indicó en un simposio Darcia Narváez, profesora de psicología que se especializa en el desarrollo moral de los niños y la forma en que las experiencias tempranas pueden influir el desarrollo del cerebro.

“Algunas prácticas y creencias equivocadas se han tornado en lugares comunes de nuestra cultura como, por ejemplo, el uso de ‘fórmulas’ infantiles para la alimentación de los bebés, el aislamiento de los infantes en sus propios dormitorios, o la creencia de que, si se responde demasiado rápido a las quejas del bebé, se le ‘acostumbra mal’”, dijo Narváez.

UN MOLDE DE LA PERSONALIDAD
La nueva investigación vincula ciertas prácticas tempranas de la crianza (que son comunes en las sociedades de cazadores y recolectores) con resultados emocionales saludables y específicos en la edad adulta.

“El amamantamiento de los bebes, la respuesta cuando lloran, el contacto físico casi constante y el que haya varios adultos que se ocupan de la crianza son algunas de las prácticas de crianza ancestrales que *han demostrado su impacto positivo en el desarrollo del cerebro, lo cual no sólo moldea la personalidad sino que ayuda además en la salud física y el desarrollo moral”, dijo Narváez.

Los estudios, añadió, muestran que la respuesta a las necesidades del infante, sin dejarlo que “se canse de llorar”, influye en el desarrollo de la conciencia, y que el contacto físico positivo afecta la reacción al estrés, el control de los impulsos y la empatía.

Del mismo modo, según esta investigadora, el juego libre en un ambiente natural influye en las capacidades sociales y el manejo de la agresión, y cuando hay todo un grupo de personas que proveen el cuidado, más allá de la madre sola, mejora el cociente intelectual.

CRIANDO NIÑOS SEGUROS
Narváez afirmó que Estados Unidos ha ido en el sentido contrario en todos estos aspectos del cuidado infantil: en lugar de estar aupados, los niños permanecen más tiempo en sus carritos, asientos para el automóvil y otros aparatos. Sólo alrededor del 15 por ciento de las madres amamanta a sus bebés y las que lo hacen no van más allá de unos 12 meses; las familias están fragmentadas y ha disminuido el tiempo que padres y madres permiten que sus hijos jueguen.

Narváez señaló que otros miembros de las familias y los maestros pueden tener un impacto benéfico cuando el niño se siente seguro en su presencia.

“El hemisferio derecho del cerebro, que gobierna gran parte de la autorregulación, la creatividad y la empatía, puede crecer a lo largo de toda la vida”, añadió.

“Ese hemisferio crece robusto con experiencias que involucran a todo el cuerpo, como los juegos de “lucha”, la danza y la creación artística libre”, explicó.
(Fuente:elcomercio.pe)

jueves, 3 de enero de 2013

Obesos tienen más probabilidades de sobrevivir a un derrame cerebral



Los pacientes con sobrepeso u obesidad tienen mayor probabilidad de sobrevivir y de padecer menos discapacidades tras sufrir un derrame cerebral que aquellos con un peso ideal, revela un estudio difundido por la clínica universitaria berlinesa de la Charité.

Ciertamente, el riesgo de padecer un primer accidente cerebrovascular es mayor para las personas con sobrepeso que para las de peso normal, es decir, aquellas con un índice de masa corporal entre 18,5 y 25, según los criterios de la Organización Mundial de la Salud.

No obstante, el riesgo de tener un nuevo derrame no aumenta en ningún caso en los pacientes obesos que ya han sufrido anteriormente un infarto cerebral, señala el estudio, publicado en la revista "European Heart Journal".

Según Wolfram Döhner, del Centro para la Investigación del Ictus de Berlín, en la Charité, y principal autor del estudio, "las conclusiones son nuevas para los pacientes con un derrame cerebral".

"Las líneas de tratamiento para accidentes cerebrovasculares en Alemania, Europa y Estados Unidos recomiendan hasta el momento bajar de peso después de un primer derrame, siempre y cuando se dé el caso de sobrepeso u obesidad", señaló.

No obstante, "estas recomendaciones se basan en opiniones de expertos sustentadas únicamente en conclusiones extraídas de la prevención primaria, ya que hasta el momento se carece de datos reales" al respecto, agregó.

Según el estudio, en el que se analizaron los datos de 1.521 pacientes de un trabajo de investigación realizado por varios centros entre 2003 y 2005, las personas de bajo peso son las más afectadas tras un accidente cerebrovascular.

Mientras el riesgo de morir de un ictus cerebral es un 14 % menor en personas con sobrepeso que en aquellas con un supuesto peso ideal, en el caso de pacientes obesos es incluso entre un 24 y 45 % inferior.

Las conclusiones que se pueden extraer de este trabajo de investigación "contradicen nuestro mantra repetido una y otra vez de la delgadez como garante universal para la salud", señaló Döhner.

Matizó, no obstante, que "en el caso de pacientes con enfermedades preexistentes, la gestión del peso debe ser evaluada de otra manera".

Esta relación aparentemente contradictoria, conocido como "paradoja de la obesidad" ("Obesity Paradox") ya se había observado anteriormente en otras enfermedades crónicas, como la insuficiencia cardíaca.

Este nuevo estudio revela por primera vez que esta "paradoja de la obesidad" es válida también en el caso de accidentes cerebrovasculares.
(Fuente:rppnoticias.com.pe)